miércoles, 22 de enero de 2014

Día de perros

Siempre ahi. Siempre al lado.
Siempre esperando, mucho más de la cuenta.
Relajado, sin más que una solitaria o un par de preocupaciones que dominan su interior.
Energía interminable, hasta envidiable. A veces, excesiva.
Sin ningun tipo de bandera, ni nacionalidad.
Propio idioma posee, inentendible para nuestro oido. Más irónicamente entendible tambien.
Alabado, admirado e incluso idolatrado casi como algunas personas, y a la vez dejado, abandonado y maltratado.
Fidelidad digna de ser reconocida universalmente posee. Siempre ahí.
Entierra sus tesoros; caja fuerte no posee.
Puede llegar a convivir con su peor enemigo natural, y hasta amigarse y quererlo; como si fuera de la misma especie, o familia.
Curioso. Con su mega receptor de olores investiga y se familiariza con el entorno.
Sexto sentido que le permite ver más alla de los ojos, muy dentro nuestro. Ve en lo más profundo, en lo más sensible. Se alborota, sabe que algo sucede. Y sin meditarlo sale en busca del enfermo, del herido. No posee ninguna experiencia médica, ni botiquín de primeros auxilios. Pero tiene la receta justa para alivianar cualquier dolor.
Nunca aprendió a nadar, pero puede llegar a ser el mejor rescatista.
Habilidad sobrenatural para convencer con solo su mirada, con el brillo de sus ojos.
No le enseñaron a convivir, pero puede llegar a ser el mejor compañero que hayas tenido.
No sabe de penas, dolores o angustias. Y si los siente, suele escaparse del caos, esconderse y refugiarse hasta que pase la tormenta.
Siempre en busca del bienestar, de la felicidad, de la alegría.
Siempre recibiendo amor, y entregando aun más.
No habla nuestro idioma, pero clases de consolación le sobran.
Hasta el arte de abrazar ha internalizado.

No sabe cómo sonreír, pero sonríe .



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